Soy humano. Las personas creen que tú, por ser tú, por el concepto que tienen de ti, piensan que eres rudo, que no tienes sentimientos, que no sufres ni lloras. Pero eres humano. Sientes, te lastiman, lloras, y sufres como todas las personas. El hecho de que ames a alguien se siente con la misma intensidad, aunque otros no lo comprendan.
Nos suceden situaciones en la vida que nos afectan, sufrimos, y nos hieren. No solo vemos lo que la gente nos hace, sino también lo que hacemos nosotros. Sin embargo, eso no significa que no duele. Necesitamos ser escuchados, ser identificados como humanos. Somos cristianos, somos humanos, y también sentimos. Que otra persona esté herida o dañada no significa que tú no sientas. Necesitamos comprensión, pero es algo que a menudo falta en la gente. No apoyamos, no escuchamos. Solo hablamos de nosotros mismos. Pero en una amistad, cuando brindas todo y las cosas no son recíprocas, el que sufre es el que realmente sintió.
Debemos reflexionar sobre esto. Somos humanos, y no es solo vernos a nosotros mismos, sino también reconocer a las personas que nos rodean. Podemos tener diferentes formas de ser, de pensar, pero eso no nos hace menos humanos. Dios nos hizo diferentes, y gracias a Él, somos nuevos en Cristo. Él nos escucha, nos ama, y nos acepta tal como somos. Necesitamos acercarnos a Él, porque aunque las personas no te vean como humano o cristiano, Dios sí lo hace. Él ve todas las acciones y nos enseña cómo debemos comportarnos. Hoy es el momento de rendirte a Dios, Él cambiará tu vida, te escuchará, te amará, y te aceptará como eres. Necesitas acercarte a Él."